Soy mi servidor más fiel y a la vez el amo más avaro y aprovechado.
Qué misterio enmascara la vida para ser cíclica y aun así uno sorprenderse de los sucesos, de las nuevas experiencias.
Es increíble esta sensación punzante y confusa, a qué he de deber y por qué no simplemente soltar…
No hay porque maravillar si soy arado pero sin vida, dónde está mi creación…
Vamos a sembrarnos a nosotros mismo, ya no quiero nada ajeno.
Todo gira, late, vibra a mi alrededor, el movimiento no cesa, sacude y estremece, sorprende, se ata a la balanza, no descansa, salta alto, hasta desbarata.
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